Los desarrolladores de la Universidad de Stanford han probado un prototipo de exoesqueleto activo para tobillo, que reduce la carga en las piernas al caminar y correr. Según la universidad, las primeras pruebas mostraron que los costos de energía para correr con el exoesqueleto encendido se reducen en un promedio del 15%.
Contexto
El exoesqueleto de tobillo se une a la parte inferior de la pierna con correas y zapatos con la ayuda de una cuerda que se salta por un lazo debajo del pie. Además, el exoesqueleto tiene una pequeña plataforma de fibra de carbono de soporte, que se encuentra debajo de la punta del pie. El prototipo no tiene sus propios motores eléctricos: está controlado por cables tirados o debilitados por motores eléctricos externos.
Las pruebas
Los ensayos del exoesqueleto se realizaron en una cinta de correr. Participaron 11 corredores experimentados. Se realizaron pruebas tanto en modo pasivo como activo. Las comprobaciones mostraron que en modo pasivo el exoesqueleto aumenta el consumo de energía para correr en un 13% en comparación con correr sin un dispositivo.
Los desarrolladores también probaron el dispositivo en modo de simulación de resorte, como si tuviera resortes en su diseño y fuera pasivo. En este caso, las pruebas mostraron que el gasto de energía para correr en el exoesqueleto fue un 11% más alto que sin él.
En general, los desarrolladores llegaron a la conclusión de que un exoesqueleto activo de tobillo puede aumentar la velocidad de carrera en al menos un 10%. Ahora los investigadores tienen la intención de refinar su dispositivo.
A principios de marzo del año pasado, la compañía estadounidense Sarcos Robotics demostró el funcionamiento de su exoesqueleto completo en varios escenarios. En particular, la compañía mostró cómo este dispositivo ayuda a cargar equipaje en los aeropuertos o instalar ruedas en un automóvil.