Un equipo internacional que utilizó telescopios robóticos en todo el mundo ha detectado un planeta del tamaño de la Tierra orbitando una enana roja ultrafría, la estrella más tenue y más longeva.
Cuando el universo se enfríe y se oscurezca, estas serán las últimas estrellas en arder, según la NASA.
El exoplaneta SPECULOOS-3 b está a unos 55 años luz de la Tierra (muy cerca si se considera la escala cósmica) y casi del mismo tamaño. Allí, un año, una órbita alrededor de la estrella dura unas 17 horas. Sin embargo, es posible que los días y las noches nunca terminen: se cree que el planeta está bloqueado por las mareas, por lo que el mismo lado, conocido como lado diurno, siempre mira a la estrella, como la Luna a la Tierra. El lado nocturno quedaría encerrado en una oscuridad interminable.
En nuestro rincón de la galaxia, las estrellas enanas ultrafrías son omnipresentes. Son tan débiles que su población planetaria está en gran medida inexplorada. El proyecto SPECULOOS (Search for Planets EClipsing ULtra-cOOl Stars), dirigido por Michael Gillon de la Universidad de Lieja, fue diseñado para cambiar esta situación. Las estrellas enanas ultrafrías están dispersas por el cielo, por lo que es necesario observarlas una por una, durante semanas, para tener una buena oportunidad de detectar planetas en tránsito. Para ello, necesita una red dedicada de telescopios profesionales. Este es el concepto de SPECULOOS.
“Diseñamos SPECULOOS específicamente para explorar estrellas enanas ultrafrías cercanas en busca de planetas rocosos”, dijo Gillon en un comunicado. “Con el prototipo SPECULOOS y la ayuda crucial del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, descubrimos el famoso sistema TRAPPIST-1. Fue un comienzo excelente.”
Gillon es el autor principal del artículo que anuncia el descubrimiento del planeta, publicado en Nature Astronomy. El proyecto es esfuerzo internacional, en colaboración con las universidades de Cambridge, Birmingham, Berna, el Instituto Tecnológico de Massachusetts y ETH Zürich.
La estrella SPECULOOS-3 es miles de grados más fría que nuestro Sol, con una temperatura promedio de aproximadamente 2.627 grados Celsius, pero golpea su planeta con radiación, lo que significa que probablemente no tenga atmósfera.
Ver la estrella, y mucho menos el planeta, es una hazaña en sí misma. “Aunque esta enana roja en particular es más de mil veces más tenue que el Sol, su planeta orbita mucho, mucho más cerca que la Tierra, calentando la superficie planetaria”, dijo la coautora Catherine Clark, investigadora postdoctoral en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Fuente: europapress.es
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