Boletin del Día
Psicologa Laura Rodríguez Víquez

 

El 75% de los mexicanos padece fatiga
por estrés laboral, superando a países
como China y Estados Unidos.

IMSS

 

En el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se reportó que México ocupa el primer lugar en términos de estrés laboral a nivel mundial, lo que representa una reducción en la productividad y afecta negativamente en la salud mental y física de los trabajadores, así como en la eficiencia y eficacia del trabajo.

 

El estrés, es el conjunto de reacciones internas de un ser vivo ante la necesidad de adaptación, el concepto de estrés nace a partir de las propiedades físicas de los materiales sólidos, los cuales tienden a sufrir una deformación por sus puntos de tensión, posteriormente Claude Bernad(en 1867) y Wlater Cannon (en el año de 1929) postulan el concepto de estrés y homeostasis aplicados a los seres vivo.

 

A la postre Hans Seyle (en 1974) indicó que la respuesta al estrés está constituida por el Sindrome General de Adaptación, la cual está integrada por tres fases: alarma, resistencia y agotamiento,  la fase de alarma es cuando el individuo percibe una amenaza a su integridad física o psicológica, se monta una respuesta fisiológica y de conducta, que puede pasar a un fenómeno de resistencia donde se van a dar fenómenos de adaptación y finalmente si este estrés se mantiene puede llegar a una fase de agotamiento, donde se pueden empezar a presentar indicios de enfermedades crónico degenerativas (Hernández G. 2015).

 

 

Existen dos tipos de estrés:

 

  • Estrés Bueno: es aquel que permite desarrollar nuestras habilidades, da serenidad, aumenta la capacidad para reflexionar, analizar y solucionar.

 

  • Distress: Es el estrés malo, aquel que nos paraliza y nos lleva al colapso, el que nos provoca llanto, tensión, agresión, el Distress se manifiesta de manera externa generando mala comunicación, malestar e irritabilidad en el entorno, siendo este el factor detonante para malestar dentro del entorno social y con el individuo.

 

El estrés puede resumirse como una serie de reacciones físicas y psicológicas que experimenta una persona cuando sufre de varios factores externos que exceden su capacidad de afrontamiento.

 

El estrés laboral es aquel que surge ante la presión del entorno laboral  y repercute en la salud física y psicosocial de los trabajadores y tiene varias consecuencias, ya que genera un desequilibrio entre lo laboral y lo personal.

 

En un estudio realizado por la Dra. Erika Villavicencio Ayub, investigadora y docente de la Facultad de Psicología de la UNAM, titulado impacto por COVID -19 en organizaciones mexicanas, dio a conocer que el 75% de los trabajadores padecen fatiga por estrés laboral, lo que impacta en el desempeño y la productividad; el 67.7% de los trabajadores, menciona que la empresa donde laboran les proporcionó las herramientas para cumplir con su trabajo ante la emergencia sanitaria y el 40% reportó sentir mucha ansiedad cuando pasa mucho tiempo sin revisar el celular (Villavicencio Ayub, 2020).

 

Existen diferentes tipos de riesgos psicosociales a los cuales puede estar expuesto un colaborador, como lo es el acoso laboral, el conflicto familia-trabajo, la violencia laboral, el estrés laboral, entre otros. En esta ocasión les hablare del estrés tecnológico o tecno-estrés ya que está directamente relacionado con los efectos psicosociales de un trabajador por el uso de Tecnologías de Información y Comunicación.

 

 

¿Qué es el tecno estrés?

 

El psicólogo estadounidense Craig Brod fue la primer persona en utilizar este concepto en el año de 1984, en su libro Technostress: The Human Cost of the Computer Revolution(Tecno estrés: el costo humano de la revolución informática) y expone que el término se refiere al impacto social y psicológico negativo del uso de la tecnología de la información y comunicación.

 

Posteriormente La psicóloga Michelle Weil y el educador Larry Rosen publicaron una obra titulada “Tecnoestrés”, en 1997, definiéndolo como cualquier impacto negativo en las actitudes, los pensamientos, los comportamientos o la fisiología causado directa o indirectamente por la tecnología.

 

Weil & Larry señalan que puede llegar a ser considerado también una enfermedad, que se debe principalmente al creciente estrés que produce la incursión en la vida diaria la tecnología como lo son: los teléfonos móviles, e-mails, Ipads, etc, incluso mencionan que puede llegar a tener efectos psicológicos como la adicción.

 

El concepto de tecnoestrés ha variado a lo largo de los años, sin embargo investigadores coinciden en que es un estado psicológico negativo relacionado con el uso de  las Tecnologías de Información y Comunicación(TIC), o bien como amenaza de su uso en un futuro y este estado depende de la percepción de un desajuste entre las demandas y los recursos relacionados con el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación, lo que conduce a un un alto nivel de activación psicofisiológica no placentera y al desarrollo de actitudes negativas hacia las TIC (Salanova, 2003).

 

El tecnoestrés radica en la interacción entre los usuarios de la tecnología y la tecnología en sí, existen tres tipos de tecnoestrés que son: la tecnofobia o tecnoansiedad, la tecnofatiga y la tecno adicción.

 

La tecnoansiedad o también llamada tecnofobia, es el tipo de tecnoestrés, en el cual las personas experimentan altos niveles de activación fisiológica desagradable o no placentera y las personas que lo padecen se sienten nerviosas e incomodas debido al uso actual o futuro  de algún tipo de Tecnología de Información y Comunicación.

 

La tecnofobia se define con base a tres aspectos, el primero se refiere a la resistencia a hablar sobre tecnología o incluso pensar en ella, el segundo es el miedo o la ansiedad hacia la tecnología y por último los pensamientos hostiles o agresivos hacia la tecnología. Sin embargo las personas pueden llegar a experimentar otro tipo de emociones negativas que no están relacionadas con altos niveles de activación desagradable, como lo es la fatiga mental debido al uso continuo de las TIC.

 

La tecnofatiga se caracteriza por la fatiga mental y cognitiva causada por el uso de las TICs y se deriva de las exigencias sociales y laborales relacionadas con el uso de la información, incluso pueden causar una sobrecarga de información cuando se utiliza el internet y las redes sociales. Este tipo de tecnoestrés, también es llamado también síndrome de fatiga informativa, los principales síntomas son: la incapacidad de estructurar y la incapacidad de absorber nueva información de internet, lo que da por resultado una fatiga o cansancio mental.

Y por último y no menos importante está la tecno adicción el cual es el tipo de tecnoestrés, en el cual el usuario de las TICs, manifiestan dependencia de las nuevas tecnologías en cualquier momento y lugar, así como el utilizarlas durante mucho tiempo.

 

Las personas que padecen adicción a la tecnología, suelen querer estar al día de los últimos avances tecnológicos y están altamente capacitados en el uso de la tecnología debido a que es el eje sobre el cual se estructuran sus vidas.

Principales consecuencias

 

Las personas que sufren tecnoestrés, pueden manifestar cansancio, agotamiento, fatiga, incluso tener problemas de sueño, dolores de cabeza, dolores musculares, enfermedades gastrointestinales, así como algunas molestias psicosomáticas.

 

En el área laboral, la consecuencia principal puede ser llegar a padecer el síndrome de Burnout o del trabajador quemado, el cual consiste en un estado de agotamiento físico, mental y emocional causado por el cansancio psíquico o estrés, debido a la falta de adaptación o por no tener las competencias necesarias para adaptarse.

 

Sí padeces este tipo de estrés, es recomendable realizar técnicas de relajación, técnicas de meditación y ejercicio, de igual manera te recomiendo acudir con un psicólogo o psicóloga, ellos te darán un tratamiento personalizado y de ser necesario te canalizarán a atención psiquiátrica.

 

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Trabajos citados

 

  • Hernández G. María Eugenia, 2015, Es estrés y su relación con la depresión, Ciclo de Videoconferencias, departamento de Educación Continua del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz.
  • Salanova, M. e. (2003). Guías de intervención Tecno estrés. Madrid, España.: Síntesis.
  • Villavicencio Ayub, E. (31 de Mayo de 2020). COVID-19: nuevo factor de riesgo psicosocial para las organizaciones y empresas. Ciudad de México, Ciudad de México, México.

 

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