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“Erebosis” proviene de la palabra griega “erebos” que se refiere a “oscuridad completa”, la palabra se utilizó para denominar a un nuevo mecanismo de muerte celular recientemente encontrado y publicado en la revista PLOS BIOLOGY.

Al igual que muchos otros hallazgos en la ciencia que se han encontrado por casualidad al estar investigando otras cuestiones, la identificación de este mecanismo también se determinó así. En un principio los autores del reporte estaban investigando la enzima convertidora de angiotensina (Ance) en la mosca de fruta (Drosophila melanogaster), que es un modelo animal ampliamente aceptado para diversos estudios. “Descubrimos por casualidad que la inmunotinción de Ance demuestra un etiquetado irregular de los enterocitos intestinales al observar sus patrones de expresión en diversos órganos”, indican en el estudio.

De esta manera, una vez que notaron el “etiquetado irregular” que se refería a una expresión aumentada de Ance en las células del intestino (enterocitos), específicamente en las regiones de “recambio” intestinal, comenzaron a averiguar y hacer análisis para determinar qué estaba pasando en estas células hasta observar que, en realidad, estaban muriendo.

La caracterización de estas células peculiares llevo a los investigadores a nombrar el proceso como “erebosis” ya que encontraron a las células inusualmente “planas”, con un núcleo de mayor tamaño y las tinciones para revelar el material genético fueron muy débiles o nulas, lo que indica perdida o cambio de estructura anormal en el ADN. Además, se encontró una cantidad muy disminuida de filamentos de actina, denotando una alteración en una estructura de la célula denominado citoesqueleto, así como pérdida de componentes de unión y un número reducido de mitocondrias.

Todo indicaba que las células encontradas estaban perdiendo organelos, lo que les hizo sugerir que estaban ante la presencia de una muerte celular que no se había determinado con anterioridad y que, además, tenían un característico metabolismo inusualmente activo para presentar este tipo de proceso. Para descartar alguno de los mecanismos de muerte celular conocidos (apoptosis, necrosis y muerte celular autofágica) hicieron evaluaciones, específicamente para descartar, en primera instancia, la apoptosis, ya que se reconocía que los enterocitos llevan a cabo este proceso de muerte celular.

En ninguno de los casos encontraron señal de alguno de estos tipos de muerte celular, lo que comprobó que estaban presenciando un nuevo mecanismo; inclusive en los casos en los cuales se inhibía la apoptosis, se seguían presentando las células de los intestinos “erebóticas”. Un mayor análisis y evaluación los hizo sugerir que la “erebosis” puede ser el verdadero mecanismo detrás del recambio celular intestinal.

En el intestino, al igual que pasa, por ejemplo, con las células de la piel, los enterocitos sufren un recambio constante, estimando una vida de entre 3-5 días; este mecanismo es muy importante para su fisiología normal y, para regular este hecho, se renuevan a la velocidad necesaria los enterocitos a partir de células madre en el intestino. Anteriormente se ha descrito que la muerte celular por la cual pasan estás células durante el recambio es por apoptosis, sin embargo, el nuevo reporte aquí descrito demuestra contundentemente que este hecho podría refutarse y ser descrito por un nuevo tipo de muerte celular que se caracteriza por ser mucho más gradual.

Igualmente describen los autores que este nuevo mecanismo podría indicar que, tras la muerte celular, los enterocitos mantienen una función estructural, indicando que la erebosis puede ser “ventajosa para mantener un estado de flujo continuo, ya que la apoptosis y la extrusión apical pueden conducir potencialmente a la ruptura de la integridad del tejido. La apoptosis también puede inducir potencialmente un nivel leve de reacción inmunitaria, aunque puede no ser tan perjudicial como la necrosis. Nuestra hipótesis es que la erebosis es un proceso hacia la muerte celular, lo que permite el flujo continuo del tejido intestinal sin romper la integridad del tejido ni despertar respuestas inmunitarias.”

Por último, se espera que este estudio sea un precedente importante para comprobar si este proceso se lleva a cabo en los enterocitos del intestino humano.

Fuente: ensedeciencia.com

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