Energéticas, metalúrgicas y una empresa de papel anuncian su interés en profundizar las relaciones tras el encuentro de los mandatarios en la Casa Blanca
El motor de la economía norteamericana comienza a calentarse. Nuevas inversiones en la región han sido anunciadas horas después de que Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador festejaran el T-MEC, el acuerdo comercial que entró en vigor el 1 de julio. El mensaje común firmado en el jardín de las rosas de la Casa Blanca ha servido de preámbulo para una necesaria reactivación económica en Estados Unidos y México, dos naciones que aún no pueden hablar en pasado de la crisis económica y de salud provocada por el coronavirus.
La empresa energética Sempra ha sido una de las primeras en develar nuevos planes. “Creemos que el nuevo acuerdo abre nuevas oportunidades para nuestras economías”, dijo Jeffrey Martin, director de la compañía durante la cena de empresarios en la residencia oficial de Trump. Sempra considera que una nueva planta para licuar gas natural de 2.400 millones de dólares beneficiará al norte de México. El proyecto, que había sido planeado con varios meses de antelación, estará ubicado en la ciudad de Ensenada, Baja California, y creará 5.000 empleos de alta especialización. El gas provendrá de Texas, será procesado en México para después ser exportado al mercado asiático. Martin espera que la fábrica sea la primera en cortar el listón bajo los tiempos del tratado.
Martin fue uno de los 23 ejecutivos que acompañaron a los mandatarios de EE UU y México en la cena. Once empresarios, solo una mujer, formaron parte de la comitiva mexicana. Entre sus contrapartes estadounidenses se hallaban Gretchen Watkins, presidenta de la petrolera Shell; Dan Dignes, de Cabot Oil and Gas; Kumar Galhotra, encargado del mercado internacional de Ford; Craig Glidden, vicepresidente de General Motors; Bob Swan, CEO de Intel; David Abney, de UPS; Leon Topalian, de la acerera Nucor; Fred Smith, CEO de Fedex. También acudieron el cofundador de la firma de inversión Blackstone, Steve Schwarzman, y el CEO de la multinacional aeroespacial y fabricante de armas Lochheed Martin, James Taiclet.
Después de un brindis de los presidentes, los empresarios pudieron tomar los micrófonos para hablar. Los directivos dieron sus impresiones y opiniones sobre los negocios en ambos países. Shell habló sobre las rondas petroleras, por ejemplo. Las reglas del sector energético y las preocupaciones de los inversionistas extranjeros en el mercado de las renovables fueron discutidos por las comitivas horas antes de la cena, ha informado la embajadora Bárcenas.
Miguel Rincón, director de Bio Pappel y uno de los empresarios más cercanos a López Obrador, también tomó el micrófono en la cena para anunciar nuevos negocios en Estados Unidos. El empresario informó a los comensales del East Room de la Casa Blanca que su empresa se alista para comenzar operaciones con una nueva planta en Indiana, tal y como lo había adelantado a la Bolsa Mexicana de Valores previo al viaje. Además, en septiembre, inicia la instalación de una fábrica de papel sustentable en el Estado de Washington y la construcción de una de empaques en Texas. La compañía mexicana tendrá presencia en seis regiones del mercado estadounidense, pues ya opera en California, Nuevo México y Georgia.
El Gobierno mexicano ha pedido reunir todos los comentarios vertidos en las diferentes mesas a lo largo de la noche. De esta compilación se pretende identificar las áreas esenciales que requieren inversiones y qué obstáculos necesitan removerse para permitirlas. López Obrador afirmó a sus funcionarios que es vital que México aproveche los primeros seis meses del nuevo acuerdo. “Esta ventana de oportunidad no se volverá a abrir”, ha explicado la embajadora mexicana en Washington en un recuerdo de la velada.
La financiera mexicana, Patricia Armendáriz, hizo una crónica en Twitter de la cena de alto nivel. La directora de Financiera Sustentable reportó las buenas intenciones de la acerera Nucor de expandirse en México aprovechando el T-MEC. Michael Dykes, el representante de la industria de lácteos en Estados Unidos, también expresó su interés por el mercado mexicano.
El presidente Trump se sorprendió al saber que el 45% de las remesas que envían los mexicanos desde Estados Unidos llega a la red financiera del empresario Ricardo Salinas Pliego, quien también encabeza Televisión Azteca, y fue uno de los once de la comitiva empresarial que acompañó a López Obrador.
el anuncio conjunto del miércoles, Trump busca reforzar la idea ante sus votantes de que la economía ve la luz al final del túnel tras la crisis del coronavirus. Desde marzo, decenas de millones de personas se han quedado sin empleo en EE UU. La recuperación avanza a un ritmo muy lento. Trump presumió a su homólogo que espera datos positivos para los dos últimos trimestres de 2020. El republicano espera que el T-MEC pueda brindarle un empuje rumbo a los comicios presidenciales de noviembre. Sin embargo, hay algunas voces escépticas. The Washington Post ha recordado este jueves un informe de la Comisión de Comercio Internacional que afirma que el nuevo tratado representa un incremento de menos del 1% del PIB.
El oxígeno en la sangre de la economía estadounidense es vital para sacar del bache también a los mexicanos. López Obrador abandonó Estados Unidos la mañana de este jueves en un avión comercial. Antes de abordar el vuelo que lo llevará a Miami (Florida), y después a Ciudad de México, el presidente aseguró una vez más que el tratado comercial significará “inversiones para la región, empresas, trabajo y bienestar”. Su primera visita al extranjero ha dejado buenos deseos que aún deben convertirse en realidades.