El desarrollo acelerado de una vacuna contra el coronavirus, en medio de una pandemia en la que se han contagiado más de 74 millones de personas y ha causado la muerte de 1,6 millones en todo el mundo, ha sido elegido como el “Avance Científico del Año” por la prestigiosa revista Science.
“Para muchos, 2020 ha sido un año de vida en suspenso a medida que el coronavirus se propagaba rápidamente en todo el planeta forzando a la población a enclaustrarse, a menudo con separación de los seres queridos”, indicó la publicación de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, en inglés).
“Para los investigadores biomédicos en la primera línea de batalla contra la covid-19 -añadió-, la carrera para desarrollar una vacuna ha transcurrido a un ritmo raudo”.
“Ahora, a menos de un año desde que el virus SARS-CoV-2 hiciera su aparición, los investigadores han alcanzado su meta”, indica el texto de la AAAS.
Un final feliz para 2020
Jon Cohen, un corresponsal de la revista, calificó este logro como “un final feliz para 2020”: “Nunca antes tantos competidores habían colaborado de manera tan abierta y frecuente, nunca antes tantos candidatos habían avanzado hacia pruebas de eficacia en gran escala de manera, virtualmente, paralela”, reflexionó.
“Y jamás los Gobiernos, la industria, los académicos y las organizaciones sin fines de lucro han volcado más dinero, esfuerzo e inteligencia en la lucha contra la misma enfermedad contagiosa y en tan poco tiempo”, destacó.
Science recordó que durante el primer mes, con los primeros brotes de una misteriosa forma de pulmonía en la ciudad de Wuhan (China), reinó la confusión sin que hubiese una noción de cuán letal era el coronavirus o cómo llegaría a amenazar la salud en todo el mundo.
“Pero hacia finales de enero la amenaza global ya era clara”, escribió Cohen.
Hacia febrero varias compañías habían puesto en marcha proyectos “agresivos” para obtener una vacuna. En ese sentido, la revista mencionó las firmas en China de CanSino Biologis, Sinovac Biotech y la estatal Sinopharm “que fueron las primeras en salir a la carrera”.
En EE.UU. las que tomaron la delantera fueron Moderna e Inovio Pharmaceuticals; y en Europa BioNTech, una firma alemana que luego compartió sus resultados con la multinacional estadounidense Pfizer.
“En la Universidad de Oxford (el Reino Unido) un grupo académico creó una vacuna que eventualmente atrajo a otro gigante, AstraZeneca, y Janssen y Sanofi Pasteur se sumaron a la carrera”, añadió.
Cierre de colegios
Otro artículo en la edición de Science de esta semana evalúa los efectos de las intervenciones no farmacéuticas para contener la pandemia, que han incluido medidas como la restricción de las congregaciones de personas, además del cierre de instituciones de educación.
El artículo cuantificó la eficacia de las medidas adoptadas por gobiernos en Europa y otros países del mundo, y concluyó que el cierre de escuelas y universidades “contribuyó considerablemente a reducir la transmisión, al igual que la limitación de las reuniones a 10 personas o menos”.
El artículo de Cohen sobre el desarrollo de las vacunas advirtió de que “el mundo vapuleado por la pandemia tiene un largo camino por delante en una senda montañosa y sin barandas”.
“Las dudas acerca de la vacuna, los problemas de fabricación y los fallos en las cadenas de suministro podrían estropear los ambiciosos planes de vacunación”, añadió.
“El virus podría mutar para evadir las respuestas del sistema inmune -apuntó-. Las vacunas podrían prevenir la enfermedad, pero no el contagio, lo cual demoraría el final de la pandemia”.
La normalidad, escribió Cohen, no retornará por mucho tiempo: “pero en los meses próximos, a medida que se distribuyen las vacunas y emerge un panorama más completo de su promesa, finalmente podríamos responder a la pregunta ‘¿Cuándo terminará todo esto?”.