Los microbios intestinales que pasan de las hembras a sus crías, o que se comparten entre los ratones que viven juntos, pueden influir en la masa ósea de los animales. Terapias que cambien el microbioma intestinal podrían permitir un crecimiento esquelético saludable en seres humanos.
Científicos estadounidenses han descubierto una relación directa entre los microbios intestinales y la masa ósea en roedores: la microbiota intestinal influye en la fuerza de los huesos. En el ser humano sería posible aplicar terapias y tratamientos que modifiquen el microbioma y favorezcan un óptimo desarrollo óseo.
Un nuevo estudio, resumido en un artículo publicado en eLife, sostiene que los microbios intestinales cumplen un papel de gran importancia en el desarrollo óseo. Según los especialistas a cargo de la investigación, que pertenecen al Emory Microbiome Research Center de Estados Unidos, la microbiota intestinal es uno de los pocos factores no genéticos que inciden en la masa ósea.
Con el propósito de estudiar la influencia del microbioma en el crecimiento esquelético y el desarrollo de la masa ósea, los científicos realizaron experimentos en roedores. Transfirieron microbios intestinales que incluían bacteria filamentosa segmentada (SFB), que potencia la descomposición de los huesos, a ratones que no contaban con este elemento en su microbiota.
Los resultados confirmaron que los ratones “contaminados” con SFB transmitían esta bacteria a su descendencia, que a su vez presentaba una composición ósea más débil. Lo mismo sucedió con los ratones que vivían en el mismo espacio: la bacteria SFB se sumó a su microbiota intestinal y también produjo una estructura esquelética más débil en ellos y en su descendencia.
Entre generaciones y entre vecinos
Los especialistas remarcan que este hallazgo permite confirmar que los microbios intestinales pueden transmitirse entre diversas generaciones o entre individuos que mantienen una convivencia sostenida a lo largo del tiempo. También que algunos de estos microbios pueden influir fuertemente en la composición ósea de los animales.
La transferencia dentro del microbioma por cohabitación, o sea entre animales que viven juntos, ha intrigado a los investigadores durante mucho tiempo. ¿Qué aspectos condicionarían esta transmisión, en la que no influyen una misma cepa genética o funciones hereditarias? Los factores ambientales serían la clave, incluyendo la dieta, la edad, el entorno en general y las interacciones entre los individuos.
Aunque es necesario realizar nuevos estudios al respecto, todo indicaría que este esquema también funcionaría en el ser humano. De esta forma, sería factible modificar la microbiota intestinal para favorecer un mejor crecimiento de los huesos y una composición esquelética más fuerte.
Cambios positivos y negativos
El estudio también explora una faceta negativa de esta cuestión. Es que los tratamientos con transmisión fecal en seres humanos podrían generar cambios indeseados en la microbiota intestinal, incorporando bacterias capaces de afectar negativamente al desarrollo óseo. Si por un lado se podría propiciar su crecimiento óptimo, al mismo tiempo existen condiciones que pueden desmejorar involuntariamente su estado.
Estos resultados podrían abrir el camino de una nueva área de investigación: los factores independientes de la genética con capacidad de influir en la masa ósea. Es que los aspectos no genéticos, como los microbios intestinales, también pueden desempeñar un papel de trascendencia en la variabilidad de la densidad ósea en el ser humano. Vale recordar que la contribución de los factores no genéticos en estas variaciones sigue siendo aún desconocida en gran parte de sus facetas.
De acuerdo a los responsables de esta investigación, la medida en que estas observaciones serán aplicables a los seres humanos depende mayormente del entorno, incluyendo las prácticas de saneamiento dentro del hogar o la eficiencia del tratamiento de residuos en las ciudades. Todas estas cuestiones inciden directamente en la microbiota intestinal y en el éxito que puedan tener los tratamientos para modificarla.
Fuente: tendencias21.levante-emv.com