SpaceX planea lanzar el primer viaje espacial 100 % civil, integrado por un multimillonario que hará de comandante y un donante elegido por sorteo, entre otros. Esta es la estrategia de Musk para ir abaratando el resto de sus servicios, aunque los viajes seguirán siendo un servicio de lujo y poco rentable durante bastante tiempo
SpaceX supo cómo resistir el embiste de la pandemia de la COVID-19 el año pasado para convertirse en la primera empresa privada en enviar astronautas al espacio en una nave espacial comercial.
La empresa de Elon Musk tiene previsto aprovechar ese éxito para conseguir otro gran logro antes de que termine 2021. La semana pasada, la compañía anunció sus planes para poner en órbita la primera misión “totalmente civil” a finales de este año. La misión, denominada Inspiration4, llevará a la órbita terrestre baja al multimillonario, piloto formado y CEO de la empresa de pagos digitales Shift4Payments, Jared Isaacman, además de otras tres personas, en el vehículo Crew Dragon durante entre dos y cuatro días, o puede que incluso más.
Inspiration4 incluye un elemento solidario: Isaacman (el único comprador de la misión y su “comandante”) ha donado 100 millones de dólares (83,64 millones de euros) al Hospital de Investigación Infantil St. Jude en Memphis (EE. UU.), y está intentando recaudar al menos otros 100 millones de dólares más de donantes públicos. Uno de los asientos de la misión está reservado para un “embajador de St. Jude” que ya ha sido elegido. Pero los otros dos aún se desconocen: uno se sorteará entre quienes donen un mínimo de 10 dólares (8,36 euros) al St. Jude, mientras que el último será un empresario comercial elegido a través de una competición organizada por Shift4Payments.
En la rueda de prensa del anuncio el CEO de SpaceX, Elon Musk, afirmó: “Se trata de un hito importante para facilitar el acceso al espacio para todos. Solo a través de misiones como esta podremos reducir el coste con el tiempo y hacer que el espacio sea accesible para todos”.
Inspiration4 es la cuarta misión privada de SpaceX programada en los próximos años. Las otras tres incluyen la colaboración con Axiom Space para utilizar Crew Dragon con el fin de llevar a cuatro personas a bordo de la Estación Espacial Internacional durante ocho días (programada para después de enero de 2022); otra misión de Crew Dragon en órbita más tarde ese año para cuatro ciudadanos privados a través de la empresa de turismo Space Adventures; y en 2023 la misión #dearMoon del multimillonario japonés Yusaku Maezawa alrededor de la Luna para él y otras siete a diez personas a bordo de la nave espacial Starship.
SpaceX nunca se ha presentado como una empresa de turismo espacial tan abiertamente como Blue Origin y Virgin Galactic. Mientras Crew Dragon llega hasta la órbita terrestre baja, los vehículos SpaceShipTwo de Virgin Galactic y New Shepard de Blue Origin solo alcancen el espacio suborbital, ofreciendo una experiencia de microgravedad y una vista de la Tierra desde lo alto durante solo unos minutos, pero por mucho menos dinero. Sin embargo, teniendo un negocio que va aún más lejos, con costes de lanzamiento más altos y la necesidad de cohetes más poderosos, SpaceX ya tiene cuatro misiones privadas más que cualquier otra empresa espacial.
Cuando el año pasado Crew Dragon llevó por primera vez a los astronautas de la NASA al espacio, una de las preguntas más importantes fue si habría clientes ajenos a la NASA realmente interesados en ir. El experto en políticas espaciales de la American University en Washington (EE. UU.) Howard McCurdy detalla: “Mucha gente cree que existe un mercado para el turismo espacial. Pero ahora mismo se considera un gran lujo. A medida que mejoren las capacidades de transporte, se espera que los costes disminuyan. Eso plantea la duda de si una nueva empresa espacial podría mantenerse solo mediante turismo espacial. Creo que es cuestionable”.
Entonces, ¿por qué la expansión de SpaceX hacia el turismo privado va tan bien? Una parte se debe a que es una marca muy atractiva con la que asociarse en este momento. Pero incluso si el mercado no se materializa pronto para convertir las misiones privadas una empresa rentable, SpaceX no tiene por qué preocuparse. Tiene muchas otras formas de ganar dinero.
McCurdy detalla: “No estoy seguro de que a Elon Musk le importe mucho si gana dinero con este negocio. Pero él es muy bueno en impulsar y financiar sus operaciones”. SpaceX lanza satélites para clientes gubernamentales y comerciales de todo el mundo; tiene contratos con la NASA para llevar carga y astronautas a la estación espacial; aumenta su progreso con la construcción de la constelación Starlink y debería empezar a ofrecer servicios de internet a los clientes a lo largo de este año.
Y añade: “El riesgo realmente se reduce cuando se pueden tener múltiples fuentes de ingresos y negocios para una empresa basada en cohetes y tecnologías espaciales. El mercado del turismo espacial no es lo suficientemente grande para sostener una empresa espacial comercial. Cuando se combina con los contratos gubernamentales, inversiones privadas y ventas al exterior, comienza a ser sostenible”.
El turismo espacial, especialmente en la órbita terrestre baja, seguirá siendo increíblemente caro en un futuro previsible. Y eso pone de relieve el tema de la equidad. McCurdy se pregunta: “Si decimos que nosotros vamos al espacio, ¿quiénes somos ‘nosotros’? ¿Acaso no somos el 1 % del 1 %?”
La idea de sorteo va un poco en esta línea para dar oportunidades a la gente común, pero no será suficiente por sí sola. El turismo espacial, y el resto de la industria espacial, todavía necesitan un modelo sostenible para invitar a más personas a participar.
Por ahora, SpaceX parece estar liderando el impulso para popularizar el turismo espacial. Y los competidores no necesariamente deberían seguir su modelo de negocio para alcanzarlo. El experto en turismo espacial de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle (EE. UU.) Robert Goehlich destaca que el turismo espacial en sí mismo ya es multifacético, y abarca vuelos suborbitales, vuelos orbitales, vuelos a las estaciones espaciales, vuelos a hoteles espaciales y vuelos lunares. El mercado de esos vuelos, como los suborbitales más baratos, no se enfrenta necesariamente a las mismas limitaciones que los demás.
Aun así, no hay duda de que 2021 podría ser el año en el que las misiones privadas se hagan realidad. McCurdy concluye: “Llevamos mucho tiempo esperando al turismo espacial. Este año tendremos la oportunidad de ver si funciona como se esperaba”.
Fuente: technologyreview.es
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