La gran mayoría de usuarios hemos utilizado el modo incógnito en alguna ocasión. Normalmente se activa para evitar cookies o que no quede rastro en el historial del navegador, pero también para abrir cuentas en ordenadores ajenos o realizar actividades que no queremos que afecten a su uso habitual.

A pesar de que su uso está extendido, también es cierto que existen numerosos mitos sobre cómo funciona. En una encuesta realizada por la Universidad de Chicago y la Leibniz Universität Hannover de Alemania se descubrió que el 73 % de los participantes no sabían qué se consigue realmente con este modo de navegación que se encuentra en todos los navegadores, según informa GAT labs.

Uno de los mitos más extendidos al respecto es que con el modo incógnito no queda rastro de la navegación, que esta es privada para todos. Pero en realidad no es así, lo que ocurre es que no se guardan cookies, contraseñas ni el historial en el navegador, pero allá donde vas saben que has estado: para servidores y webs no se es tan anónimo como se piensa.

Esta sensación de anonimato es bastante falsa y como ejemplo te informamos que Google guarda las búsquedas que hagas y seguirán asociadas a tu dirección IP, por lo que su algoritmo sabrá que estas realmente interesado en eso que has buscado, aunque trates de ocultarlo.