Los seres humanos llevamos décadas usando las ondas de radio para trasmitir voz, imagen, y datos. Esta transmisión es posible porque las ondas de radio requieren energía para generarse, y la transportan a medida que se expanden.

Hoy en día la señal de radio más usada es la conexión WiFi, que utilizamos en las casas, oficinas, edificios públicos, comercios, etc.

Un router transmite la señal WiFi de forma continua, pero en muchos momentos nadie se conecta a ella, y la energía que transporta se pierde. No es muy elevada porque la señal WiFi es de baja intensidad pero… ¿y si pudiéramos aprovechar la señal WiFi que no se utiliza para encender un LED, o alimentar un sensor? Eso es lo que han conseguido científicos de la Universidad Nacional de Singapur, y de la Universidad Tohoku de Japón.