BARCELONA — Leo Messi ya es campeón con Argentina. La albiceleste acabó con 28 años de decepciones y ‘La Pulga’ se sacó de encima la maldición, después de perder cinco finales, conquistando la Copa América en Maracaná, ante Brasil y en un partido que guardará en la retina, en la memoria, no por el futbol, más bien discreto, pero sí por la felicidad que se saboreó cuando el árbitro señaló el final. Al cabo de 71 años Argentina disfrutó de su ‘Maracanazo’ particular… Y Messi ya es campeón.
Se sacó un peso de encima, un gran peso de encima, y sus lágrimas de felicidad, su rostro eufórico, la alegría que desprendió en el templo del futbol carioca, manteado por sus compañeros y con todo el futbol argentino entregado a él dieron idea del Leo que viene. El fútbolista más grande de todos los tiempos enfrentado a sus nuevos retos. Los que tendrá por delante ya sin el peso de la historia con la camiseta albiceleste.
En Barcelona se cuentan los días, las horas, las semanas en el peor de los casos, que faltan para que estampe la firma que confirmará su continuidad por los dos próximos años (lo contrario se contempla impensable) y a partir de ahí le tocará, de azulgrana, liderar una nueva época en el Camp Nou.
Una nueva época en la que buscará su undécimo título de Liga para quedar a solo uno del record que mantiene desde hace casi medio siglo Paco Gento con el Real Madrid y una nueva época, de inmediato, con el desafío pendiente de volver a reinar en Europa. Suma Messi en su soberbio palmarés de 38 trofeos (solo tres por detrás de Dani Alves) y entre ellos brillan con luz propia cuatro Champions League… Pero de la última se van a cumplir ya siete años y recuperar el cetro continental es, de entrada, su mayor reto.
Desde que en 2015 ganó el Barça en Berlín el título ante la Juventus las decepciones fueron muchas y a cual más dolorosa. Fue la Juventus, fue la Roma, fue el Liverpool, el Bayern y el PSG quienes convirtieron sus sueños en pesadilla y en esta próxima campaña, en la que el Barça entrará en el sorteo sin ser cabeza de serie, Messi tendrá el gran objetivo de liderar esa reconquista tan largamente esperada en el Camp Nou.
Eso será en clave barcelonista pero, claro, los retos no acaban vestido de azulgrana. La Copa América conquistada este sábado en Río de Janeiro rompió una sequía de 28 años para Argentina. Desde que la albiceleste conquistase en 1993 el título continental en Guayaquil, imponiéndose en la final por 2-1 a México, los fiascos se fueron sucediendo.
Campeona del Mundo bajo el liderazgo monumental de Maradona en 1986, los ocho siguientes Mundiales consumaron ocho decepciones de las que Messi no escapó en cuatro de ellas. Cuartos de final en 2006, eliminada a penalties por Alemania; cuartos de final en 2010, aplastada (4-0) por Alemania; subcampeona en 2014, derrotada otra vez por Alemania; y octavos de final en 2018 superada por Francia. De esta forma Qatar, en 2022, se presenta como la última oportunidad para Leo.
Argentina, que tiene aun antes de acabar la primera vuelta de la fase de clasificación en la Conmebol muy bien encaminada, acudirá al Mundial de Qatar relanzada en su ánimo con esta Copa América y Messi, al frente de todo, lo hará consciente de estar en el momento determinante para, quizá, cerrar su carrera con la selección enlazando los dos grandes títulos.
Sabe que tiene a todo el fútbol argentino tras él. Se demostró en Maracana, cuando todos sus compañeros corrieron a su encuentro para celebrar con su líder la victoria sobre Brasil y se demostró cuando, en una imagen jamás vista, la plantilla en pleno felicitó efusivamente a Lionel Scaloni… Y manteó a Messi demostrándole una gratitud y seguimiento incuestionables.
Messi ya es campeón con Argentina. Y a partir de hoy se abre una nueva etapa de optimismo y desafío alrededor de Leo Messi. Con la albiceleste… Y con el Barça.
Fuente: ESPN