Jennifer Doudna y su equipo han identificado una parte dentro del virus que le permite propagarse en el organismo. Ahora los científicos saben dónde atacar
Apenas un año después de ganar el Premio Nobel de Química, Jennifer Doudna ha logrado un nuevo avance para la ciencia y la humanidad.
La experimentada bioquímica y sus colegas de la Universidad de California en Berkeley y el Instituto de Virología Gladstone (San Francisco) identificaron en la variante Delta del coronavirus una mutación que le permite propagarse en el cuerpo con gran rapidez, característica que podría estar vinculada a su mayor capacidad de contagio, según el nuevo estudio publicado en Science.
Hasta ahora, se sabe que Delta tiene ventaja sobre las demás variantes del SARS-CoV-2 debido a mutaciones (cambios genéticos) que potencian a su proteína S, la parte del virus que le permite entrar en la célula humana.
Sin embargo, hay mutaciones que no se han podido estudiar porque sus efectos se dan en el interior del virus. Allí se encuentra la nucleocápside, también llamada proteína N, que se encarga de almacenar el material genético (ARN) y liberarlo dentro de la célula para replicarse y producir miles de copias virales.
Una técnica novedosa
Para desvelar este misterio, el equipo de Doudna desarrolló partículas imitadoras de virus con todas las partes del SARS-CoV-2 y modificó su proteína N con mutaciones presentes en las variantes conocidas.
Cuando infectaron las células con estas partículas, observaron que las que tenían la mutación R203M, presente también en la proteína N de la variante Delta, produjeron 10 veces más copias de ARN en comparación con el virus original.
Este resultado fue, en palabras de Doudna, “una sorpresa”. Pero aún tenían que corroborarlos. Así que se trasladaron a un laboratorio con condiciones de bioseguridad de alto nivel: era momento de probar con virus de verdad.
En las personas infectadas con coronavirus, un porcentaje muy pequeño de partículas virales producidas por una célula son capaces de infectar otras células. Una causa de ello es que carecen de fragmentos de ARN o de la totalidad de este material genético, explica la revista Science.
Pero parece que la mutación R203M vuelve al virus más eficiente para colocar ARN en las nuevas copias virales.
“Esta mutación que se encuentra en Delta hace que el virus sea mejor en la producción de partículas infecciosas y, por eso, se propaga más rápidamente”, señaló el ingeniero biomédico Abdullah Syed, coautor del estudio.
Objetivo de futuros tratamientos
La investigación revela que esta parte mutada de la proteína N es una poderosa arma que la variante Delta aprovecha durante la infección. Sin embargo, también plantea una oportunidad para contrarrestar esta contagiosa versión del coronavirus.
“Los científicos de esta área de investigación podrían pensar más en apuntar a la proteína de la nucleocápside (N) para ayudar realmente a controlar la infección y a tratar a los pacientes”, señaló Shan Lu, bióloga celular de la Universidad de California en San Deigo y estudiosa de la proteína N.
Un primer paso será comprender cómo R203M y otras mutaciones en la proteína N mejoran la producción de partículas virales infecciosas.
Si descubren que una proteína de la célula participa en este proceso, podrían diseñar un medicamento para ‘desactivarla’ y así detener la propagación de Delta en el cuerpo de los infectados.
A menos cantidad de virus, menos contagios.
Fuente: larepublica.pe