Boletin del Día
Ciencia México Mundial News Salud y Bienestar Sociedad

Este nuevo test podría decirte si realmente necesitas más dosis de las vacunas del coronavirus

Aunque de repente parezca que ha desaparecido, la COVID-19 sigue ahí fuera. Por ahora la mayoría de personas que han querido vacunarse contra el coronavirus se han puesto tres dosis. En el caso de los más vulnerables algunos han recibido la cuarta. Iniciado el proceso de gripalización, se habla ya de al menos una dosis más al año. ¿Pero cómo podemos saber si realmente la necesitamos? De momento esto es algo que no se ha estudiado. Podrían hacerse test de anticuerpos, pero esta es una medida muy poco precisa de la inmunidad. Por eso, un nuevo test para medir la inmunidad celular, en cuyo desarrollo ha participado el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), es una gran noticia.

Y es que los anticuerpos son solo el batallón defensivo que acude rápidamente en el momento de una infección. Después se quedan un tiempo por si acaso hiciesen falta, pero si no vuelve a aparecer el patógeno se retiran. Sin embargo, la inmunidad celular sí perdura. Siguiendo con el símil bélico, serían algo así como los centinelas que esperan desde las almenas del castillo hasta ver aparecer de nuevo al enemigo. Si lo ven, llamarán rápidamente de nuevo a los soldados. Mientras haya centinelas, ya sea por una infección natural o por las vacunas del coronavirus, estamos más o menos protegidos. Pero si estos empiezan a retirarse va llegando el momento de pedir refuerzos.

Este nuevo test, recién descrito en Nature Biotechnologyaporta información esencial al respecto. Esto no quiere decir que antes no se pudiera medir la inmunidad celular frente al coronavirus, pero es cierto que era más complejo. Con el test las personas que hayan pasado la COVID-19 o se hayan vacunado podrán saber a qué nivel está su protección con una de esas PCRs con las que ya estamos tan familiarizados. De momento sería precipitado hacerlo a toda la población, pero para casos concretos sería muy útil.

De los anticuerpos a la inmunidad celular frente al coronavirus

Cuando nuestro organismo se expone a un agente extraño, como el coronavirus, este es reconocido por un tipo de centinelas inespecíficos, conocidos como células B. Básicamente, su función es detectar la llegada de algo inesperado. Tras ese reconocimiento, parte de esas células B se diferencian en otro tipo de células, conocidas como células plasmáticas, que se encargan de fabricar y secretar anticuerpos específicos. 

Por lo tanto, ya tendremos a esos primeros soldados que acuden al campo de batalla. Ellos se encargan de ir contra ese agente extraño y ponerle una especie de etiqueta que indica a unas células llamadas macrófagos que deben destruirlo. También pueden intervenir aquí otras células, denominadas linfocitos T, que se unen a los linfocitos B para potenciar su trabajo.

Los linfocitos B de memoria quedan preparados para repetir todo el proceso defensivo en caso de un nuevo encuentro con el agente extraño

Pero no todas las células B se transforman en células plasmáticas. Algunas también se convierten en linfocitos de memoria, que quedarán atentos a la llegada futura de ese mismo agente extraño. Por lo tanto, ya no habría centinelas inespecíficos, sino unos preparados para reconocer rápidamente al coronavirus y llamar mucho más deprisa a los anticuerpos que se encargarían de acabar con él.

Cabe decir que esta respuesta se daría tanto con una infección natural por COVID-19 como con las vacunas del coronavirus. Sin embargo, en ambos casos para medir la inmunidad solo se analizan los niveles de anticuerpos. Por lo tanto, no se tiene en cuenta la importante inmunidad celular mediada por esos centinelas que se quedan ojo avizor cuando los anticuerpos se marchan.

hipra, vacuna de la alergia, vacuna de la gripe, antivacunas, andrew wakefield, vacunas del coronavirus, tercera dosis, woman in black crew neck t-shirt wearing white face mask

¿Qué hace este nuevo test?

Es cierto que la inmunidad celular se puede medir. Para ello hay que aislar en la sangre los linfocitos, marcar los que reconocen al coronavirus y contarlos mediante una técnica conocida como citometría de flujo.

Simplemente el hecho de aislar los linfocitos ya es suficientemente tedioso para que esta técnica se use muy poco y se prefiera contar los anticuerpos.

En el estudio han participado también el Hospital Mount Sinaí, de Nueva York, y la Escuela de Medicina de Duke, en Singapur

Ahora, sin embargo, gracias a un estudio en el que han participado científicos del Instituto de Salud Carlos III, el Hospital Mount Sinaí de Nueva York y la Escuela de Medicina de Duke, en Singapur, pronto podríamos disponer de otra opción mucho más rápida, sencilla y económica.

Han desarrollado este nuevo test tras comprobar que una proteína llamada CXCL10 puede ser un buen biomarcador asociado a la inmunidad celular frente al coronavirus de la COVID-19. La secuencia genética asociada a esta proteína se puede medir mediante PCR sin necesidad de aislar previamente los linfocitos.

Para uno de los investigadores del Centro Nacional de Microbiología del ISCIII involucrados en el estudio, Jordi Ochando, esto es muy positivo, porque facilita mucho el trabajo. Lo ha explicado en un comunicado de su centro de investigación:

“Permite analizar cientos de muestras al día porque se basa en la tecnología de PCR. Además, el equipamiento para realizar la PCR está disponible en la mayoría de hospitales y centros de investigación por lo que esta tecnología es accesible a toda la población en general. Presenta una gran eficacia para medir tanto el funcionamiento de nuestras defensas frente al virus como la duración de la protección de las vacunas, algo muy importante para la determinación de la inmunidad de rebaño y el diseño de campañas de vacunación”.

Jordi Ochando, investigador en el ISCIII

Por otro lado, una de las grandes ventajas de este ensayo pionero es que “permite diferenciar la respuesta inmune de la vacunación frente COVID-19 de la infección por el virus del SARS-CoV-2, por lo que tiene implicaciones directas en posibles políticas de salud pública”.

Aún es pronto para hablar de su uso extendido en hospitales o institutos de investigación. No obstante, es una gran ventaja que demuestra que, aunque a veces pensemos que el coronavirus ya no existe, sigue siendo una realidad para la que los científicos no han dejado de buscar nuevas armas. Y esta sería de las más interesantes. No por combatirlo directamente, pero sí por ayudar a determinar cuándo necesitamos realmente una nueva dosis de la vacuna.

Publicaciones Relacionadas

Ricardo Monreal anuncia su defensa a la Constitución sin omitir abusos que se han cometido tergiversando su uso

Boletin del día

Gobierno de México niega riesgos en aeropuertos capitalinos pese a alertas

yahir

Tras 4 años, familia logra iniciar una terapia genética experimental para sus hijos

Boletin del día