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Investigadores en Suecia han desarrollado el primer transistor del mundo hecho de madera, presentado en la revista PNAS, que allana el camino para la regulación de plantas electrónicas.

Los transistores, inventados hace casi cien años, son considerados por algunos como un invento tan importante para la humanidad como el teléfono, la bombilla o la bicicleta. Hoy en día, son un componente crucial en los dispositivos electrónicos modernos y se fabrican a nanoescala. Un transistor regula la corriente que lo atraviesa y también puede funcionar como interruptor de encendido.

«Hemos ideado un principio sin precedentes. Sí, el transistor de madera es lento y voluminoso, pero funciona y tiene un gran potencial de desarrollo», dice en un comunicado Isak Engquist, profesor asociado senior en el Laboratorio de Electrónica Orgánica de la Universidad de Linköping.

En ensayos anteriores, los transistores hechos de madera solo han podido regular el transporte de iones. Y cuando se acaban los iones, el transistor deja de funcionar. El transistor desarrollado por los investigadores de Linköping, sin embargo, puede funcionar continuamente y regular el flujo de electricidad sin deteriorarse.

Los investigadores utilizaron madera de balsa para crear su transistor, ya que la tecnología involucrada requiere una madera sin grano que esté estructurada uniformemente en todas partes. Quitaron la lignina, dejando solo largas fibras de celulosa con canales donde había estado la lignina.

Luego, estos canales se llenaron con un plástico o polímero conductor, llamado PEDOT: PSS, lo que resultó en un material de madera conductor de la electricidad.

Los investigadores utilizaron esto para construir el transistor de madera y pudieron demostrar que es capaz de regular la corriente eléctrica y proporcionar una función continua en un nivel de salida seleccionado. También podía encender y apagar la alimentación, aunque con cierto retraso: apagarlo tomó alrededor de un segundo; encendido, unos cinco segundos.

Las posibles aplicaciones podrían incluir la regulación de plantas electrónicas, que es otra área de investigación sólida en la Universidad de Linköping. Una ventaja de que el canal del transistor sea tan grande es que potencialmente podría tolerar una corriente más alta que los transistores orgánicos normales, lo que podría ser importante para ciertas aplicaciones futuras.

Pero Isak Engquist quiere enfatizar algo: «No creamos el transistor de madera con ninguna aplicación específica en mente. Lo hicimos porque pudimos. Esta es una investigación básica que muestra que es posible y esperamos que inspire más investigaciones que puedan conducir a aplicaciones en el futuro».

Fuente: EP

 

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