El secreto de este organismo parece residir en unas sustancias conocidas como metabolitos
Si creías que únicamente los héroes y heroínas del mundo del cómic eran capaces de superar las habilidades humanas, quizás deberías continuar leyendo este artículo para descubrir a una bacteria tan férrea, que es el segundo organismo conocido más resistente a la radiación. Su nombre es Deinococcus radiodurans y así es capaz de soportar lo que para nosotros sería una muerte segura.
Los superpoderes de «Conan la bacteria»
Esta bacteria tan resistente tiene un secreto que acaba de ser desvelado en un artículo que será publicado próximamente en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences. Todo indica que su resiliencia viene dada por una sustancia denominada metabolito. Varias de estas moléculas, al combinarse con manganeso, crean un poderoso antioxidante, que ha sido estudiado por investigadores de la Universidad del Noroeste y de la Universidad Uniformed Services.
El trabajo describe un antioxidante artificial, basado en el Deinococcus radiodurans, al que se ha denominado MDP, ya que está compuesto de manganeso, fosfato y pequeños péptidos, y que conforma un producto que es capaz de proteger del daño de la radiación en mayor medida de lo que lo haría cualquier combinación de manganeso con los demás elementos por separado.
Como suele suceder con muchas investigaciones, no sólo estamos abiertos a entender mejor a este tipo de bacterias, sino que, además, también hemos conseguido aprender cómo antioxidantes artificiales podrían ser creados para fines tan diversos como la protección de los astronautas en misiones espaciales, la defensa de servicios de emergencia en situaciones de radiación o para crear vacunas que inhiban la radiación. Brian Hoffman, uno de los autores del estudio, asegura en la publicación de EurekAlert:
Desde hace tiempo sabíamos que los iones de maganeso y fosfato unidos hacen un potente antioxidante, pero descubrir y entender el potencial «mágico» de añadir el tercer componente es un gran avance. Este estudio ha proporcionado la clave para entender por qué esta combinación es un radioprotector tan poderoso y prometedor.
No es la primera vez que Brian Hoffman, y su compañero de investigación Michael Daly, estudian la relación entre antioxidantes y radiación. En trabajo previo, que se puede consultar en la revista científica Astrobiology, los científicos aseguraban que la cantidad de radiación que un microorganismo puede resistir se correlaciona con la cantidad de antioxidantes de manganeso que contiene.
Ha sido gracias a una resonancia espectroscópica paramagnética que el equipo de investigadores ha descubierto que el ingrediente fundamental en ese MDP es lo que se conoce como un complejo ternario, es decir, la unión perfecta de fosfato y péptido junto con el manganeso. Si en el futuro queremos abordar viajes a rincones remotos del espacio, quizás estas investigaciones sean más relevantes de lo que podrías imaginar.
Fuente: mundodeportivo.com
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