Un proyecto financiado por la NASA busca transformar el regolito lunar —el polvo y roca del suelo de la Luna— en enormes cúpulas de vidrio habitables. El objetivo: crear los primeros asentamientos humanos autosuficientes fuera de la Tierra
Durante décadas, imaginar colonias en la Luna era cosa de ciencia ficción. Pero la NASA acaba de dar un paso que acerca ese futuro. Junto con la empresa californiana Skyeports, la agencia espacial impulsa un plan para construir cúpulas de vidrio directamente en la superficie lunar, aprovechando los materiales presentes allí.
El proyecto, que forma parte del programa Innovative Advanced Concepts (NIAC), plantea un concepto ambicioso: fundir el regolito lunar, una mezcla de polvo, rocas y minerales, para fabricar estructuras resistentes y translúcidas que permitan crear hábitats presurizados donde los astronautas puedan vivir, cultivar alimentos y trabajar.
En un vídeo publicado en YouTube, Skyeports mostró una simulación del proceso: hornos especiales transportarían microondas a la superficie lunar para fundir los silicatos del suelo y soplar grandes burbujas de vidrio que, una vez solidificadas, formarían los refugios.
Vidrio más fuerte que el acero
El arquitecto Martín Bermúdez, director ejecutivo de Skyeports, contó que la idea surgió tras estudiar la composición del regolito. “Al principio me decían que el vidrio era demasiado frágil, que se rompería enseguida. Pero descubrimos que puede adaptarse para ser incluso más fuerte que el acero”, explicó.
Después de varios ensayos, el equipo consiguió crear versiones en miniatura de las cúpulas, probando la viabilidad del material. El siguiente paso será escalar el proceso para demostrar que puede funcionar en las condiciones extremas de la superficie lunar: radiación, micrometeoritos y variaciones de temperatura de más de 200 °C.
Bermúdez también adelantó que trabajan en un tipo de vidrio con polímeros autorregenerativos, capaz de reparar pequeñas fisuras de forma automática, una característica clave para garantizar la seguridad de los astronautas en el largo plazo.
Cómo sería vivir bajo una cúpula lunar
Según el proyecto, al llegar a la Luna, los astronautas recolectarían el regolito y lo fundirían in situ usando hornos de microondas enviados desde la Tierra. Una vez formadas las burbujas de vidrio, estas se convertirían en hábitats cerrados con atmósfera controlada.
Dentro de las estructuras habría áreas de trabajo, zonas de cultivo y espacios de ocio, creando un entorno habitable que, aunque no replicaría la Tierra, permitiría una vida relativamente cómoda en el satélite.
El propio Bermúdez lo resume así:
“No podremos recrear la Tierra, pero esto se acerca bastante. Incluso podríamos colocar estas estructuras en órbita algún día.”
El concepto de Skyeports encaja con los objetivos del Programa Artemis de la NASA, que busca establecer una presencia humana permanente en la Luna antes del final de la década, como paso previo a futuras misiones a Marte.
De la ciencia ficción a la ingeniería lunar
Si el plan prospera, el suelo lunar podría convertirse en la primera fuente de materiales para construir fuera del planeta. Las “cúpulas de vidrio” serían el equivalente moderno de las primeras catedrales de piedra: grandes obras de ingeniería destinadas a durar y proteger.
El desafío es mayúsculo: además de los aspectos técnicos, se requiere un sistema sostenible de energía, reciclaje y comunicación. Pero la NASA y Skyeports creen que esta autosuficiencia basada en recursos locales será esencial para cualquier futuro asentamiento humano más allá de la Tierra.
Lo que antes era una imagen poética —astronautas viviendo bajo domos brillantes— está comenzando a tomar forma. Y si los planes se cumplen, las primeras “ciudades de cristal” lunares podrían dejar de ser un sueño en apenas una o dos décadas.
Fuente: es.gizmodo.com
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