Según un estudio tiene la capacidad de concentrar ondas de radio. Este hallazgo ayudaría a desarrollar sensores y células solares más eficientes
Tiene casi 5 mil años de antigüedad y sigue sorprendiendo. Mientras más se la estudie (y eso que la han estudiado mucho) más asombro produce. Ahora, un nuevo estudio descubrió que la Gran Pirámide de Guiza, o Pirámide de Keops, como se prefiera, es capaz bajo ciertas condiciones de concentrar la energía electromagnética en sus cámaras internas y bajo la base.
El hallazgo lo hizo un grupo de investigadores de la Universidad ITMO (San Petersburgo, Rusia) que utilizó simulaciones informáticas para observar que, si la longitud de onda de dicha forma de energía entra en resonancia con las dimensiones de la pirámide, esta mole de piedra actúa como un “canal” para esta forma de radiación.
Los autores del estudio, cuyos resultados fueron publicados en Journal of Applied Physics, han sugerido que estas observaciones y los modelos físicos empleados pueden servir para diseñar nanopartículas capaces de producir efectos similares en el rango visible del espectro electromagnético. Esto podría ayudar, por ejemplo, a desarrollar sensores y células solares más eficientes.
Los investigadores averiguaron que las ondas de radio con una longitud de onda de 200 a 600 metros entran en resonancia con la pirámide. A continuación, trazaron un modelo matemático para describir la respuesta del edificio y qué proporción de la energía es reflejada o absorbida por este en una situación de resonancia. Gracias a este tipo de cálculos, los investigadores descubrieron la distribución de la radiación electromagnética en el interior de la pirámide y observaron que se concentra en las cámaras inferiores.
Para explicar por qué, llevaron a cabo un análisis multipolo, muy usado en física para estudiar y predecir las interacciones entre objetos complejos y campos electromagnéticos.
Aplicable a nanopartículas
Según cuentan, los científicos tuvieron la idea de estudiar este fenómeno en la pirámide mientras estudiaban la interacción entre la luz y ciertas nanopartículas. Han sugerido que en ciertos casos se puede alterar la forma y el índice de refracción de estas nanopartículas para alterar su modo de distribuir la radiación (al igual que hace la pirámide). Así se puede, al menos en teoría, diseñar dispositivos que permitan controlar la luz a nanoescala, lo que tiene muchas posibles aplicaciones.
De hecho, ahora los científicos esperan usar lo aprendido en esta investigación para reproducir los efectos observados en la nanoescala. “Si escogemos un material con las propiedades electromagnéticas adecuadas, podemos obtener nanopartículas piramidales que sean muy prometedoras para ser usadas como nanosensores o células solares eficaces”, aseguró Polina Kapitainova, investigadora en la Universidad de ITMO.
Fuente: clarín.com
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