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La estadística oficial únicamente le reconoce un campeonato de Liga en 37 años de carrera como entrenador (Atlante, en la Temporada 1992-1993), pero el trabajo de Ricardo Antonio La Volpe en el futbol mexicano ha dejado una huella perdurable, con jugadores a los que potenció sus habilidades y convirtió en figuras de peso en la Selección mexicana o en sus equipos, más un estilo de juego ofensivo y con especial atención en debutar jugadores de Fuerzas Básicas. Ahora que el “Bigotón” anunció su retiro como entrenador, vale la pena recalcar su trabajo a nivel de clubes.

En una entrevista para el portal Apuntes de Rabona, Ricardo La Volpe señaló que nunca tuvo en su mente ser entrenador de futbol. Fueron las circunstancias (jugaba en Oaxtepec, equipo con problemas de descenso) y su visión del juego (consideraba que su equipo estaba mal entrenado y organizado, y por lo mismo se ofreció a dirigir) las que finalmente lo llevaron a iniciar su carrera como director técnico en México.

Sin dudas, la última década del Siglo XX y la primera del Siglo XXI atestiguaron el punto más alto de la carrera de La Volpe. En Atlante logró el título de Liga en 1993, pero su mejor versión fue la de un año atrás, cuando llevó al súper liderato general a un equipo recién ascendido. Varios de sus pupilos (Miguel Herrera, Rubén Omar Romano, Daniel Guzmán, Wilson Graneolatti) posteriormente se convirtieron en entrenadores, adoptando en menor o mayor medida los conceptos tácticos del estratega argentino.

Aunque La Volpe llegó a un Atlas con conceptos de formación, estilo de juego y Fuerzas Básicas ya instaurados por Marcelo Bielsa y Efraín Flores, la realidad es que su llegada en el Torneo Invierno 1997 potenció a los Rojinegros a lo que sería su mejor etapa histórica desde el título de 1951.

Lamentablemente, aquella generación de futbolistas en la que Rafael Márquez, Miguel Zepeda, Daniel Osorno o Juan Pablo Rodríguez brillaron de manera especial coincidió en la mejor final de la historia del futbol mexicano con el mejor Toluca de la historia en el Verano 1999, pero la atinada conducción de La Volpe hizo del Atlas un equipo protagonista, ofensivo y espectacular.

Tras un desgaste de ciclo en Atlas, La Volpe arriba al Toluca en el Invierno 2001, un club que necesitaba cierta frescura tras la exitosa era de Enrique Meza. Y el estratega lo logró al deshacerse de bastiones como Víctor Ruiz o David Rangel para dar la alternativa a Israel López, consolidar de manera definitiva a Antonio Naelson “Sinha” o brindar la titularidad a un entonces desconocido extremo uruguayo llamado Vicente Sánchez. En ataque, José Cardozo tuvo su mejor temporada al marcar 29 goles en 19 partidos de temporada regular en el Apertura 2002, torneo que Toluca ganó ya sin La Volpe (nombrado entrenador de la Selección mexicana), pero con su sello intacto.

Tras su paso en la Selección mexicana (que merece columna aparte), la realidad es que La Volpe presenta un declive en su carrera que inicia en su primera vuelta a Argentina. La manera en que dejó escapar el Torneo Apertura 2006 con Boca Juniors (sólo necesitaba ganar un punto de seis, no lo ganó y perdió el desempate contra Estudiantes de La Plata), y su deslucido pasaje de casi un año con Vélez Sarsfield, fueron el prólogo para unos últimos 13 años de resultados más bien decepcionantes, aunque por allí hubo un subcampeonato con América, y algunos jugadores a los que brindó la oportunidad de consolidarse en Primera como Edson Álvarez o Diego Láinez.

Pese a sus errores (que los tuvo y muchos), sus virtudes como entrenador darán a La Volpe un lugar privilegiado en la historia del futbol mexicano.

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