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Nacido en Guadalajara, pero arraigado al municipio de Ameca, Jalisco, Manuel Rosas representa el esfuerzo y la dedicación de un futbolista que está fuera de su casa, lejos de sus seres queridos y que hace lo que más le gusta: jugar al futbol. El mediocampista de 36 años hace apenas unos días se coronó con el Real Estelí de la Liga de Nicaragua, la única que pudo concluir su actividad a pesar de existir alarma por la pandemia de coronavirus en el mundo, en donde por cierto, se disputaron los encuentros definitivos a puerta cerrada, incluyendo la Final.

Desde Nicaragua, “Meño” como le apodan sus amigos, reconoció que a pesar de que los partidos en la Liga local no se suspendieron y que se llevaron a cabo a puerta cerrada, sí existía el temor a contraer el COVID-19, sin embargo, las autoridades sanitarias del país centroamericano fueron claras, junto a la federación de futbol, al señalar que quien se sintiera inseguro, podía dejar de jugar sin represalias, algo que nunca pasó por su mente.

“Aquí, desde que empezó esta situación, la directiva habló con nosotros y nos dijeron que aún no había alerta en Nicaragua y que la Liga iba a continuar con las medidas pertinentes. Se aclaró y se le dijo a cada uno que el que sintiera que estaba arriesgando, estaba en su derecho y a nadie se le iba a obligar”, dijo.

Rosas se sintió tranquilo y decidió seguir, a pesar de que en el país centroamericano ya hay algunos casos de contagios de coronavirus, aunque para buena fortuna aún no hay contagiados en el ámbito del futbol.

“Yo estoy tranquilo, confío en las autoridades y en los directivos, no se puede vivir con miedo, es horrible ir a entrenar y estar pensando en tantas cosas y no se disfruta el día a día, aquí tomamos las medidas pertinentes y creo que las cosas se hicieron bien, en ningún momento me sentí amenazado”, siguió.

A pesar de ser mexicano y tapatío de nacimiento, el 27 de diciembre de 2012 obtuvo la nacionalidad nicaragüense. Ha sido seleccionado nacional de aquel país en 18 ocasiones. El seleccionador español Enrique Llena lo convocó para la Copa Centroamericana 2013 y la Copa Centroamericana 2014.

En el futbol mexicano, Rosas debutó con el conjunto de Monarcas Morelia en 2001, aunque también militó con los Alacranes de Durango y los Tigrillos de Nuevo León de la hoy desaparecida Liga de Ascenso hasta emigrar en 2010 a la Liga de Nicaragua, donde fue fichado por el actual campeón, el Real Estelí.

Una década de esfuerzo 

El 27 de abril cumplió 10 años en Nicaragua, país al que asistió por mera casualidad, ya que se había desistido de jugar de manera profesional, sin embargo, al haber dejado su andar por el futbol mexicano y  tras participar en el futbol llanero en Ameca se topó con la gente correcta.

“Cuando salí de Tigrillos, el futbol se complicó, la cosa era que las relaciones son las que mueven mucho y yo no tenía tantas y quedé en el aire y me decepcioné. Jugué en Guadalajara en Ligas locales y en Ameca también, hasta que me invitaron unos amigos de Nicaragua a jugar acá y pues les tomé la palabra y ya tenemos 10 años acá”, platicó.

A pesar de que en su familia sus padres, hermanos y amigos apoyan al Guadalajara, Manuel Rosas dijo que él no tiene afinidad por ningún equipo del futbol mexicano, incluso hizo que sus allegados ahora apoyen al Real Estelí de Nicaragua, pues es el equipo que lo acogió tras su llegada a aquella nación. 

JL

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