Jane Feld, de 94 años, usualmente pasa su tiempo jugando al tenis, asistiendo a conciertos con amigos e invitando a sus familiares a cenar en casa en Syracuse, Nueva York. Pero entonces llegó la pandemia de coronavirus.
Para Feld, quien tiene problemas de audición, hablar por videollamada con sus nietos u otros miembros de la familia resulta difícil. Ella tiene un teléfono con subtítulos, pero no siempre funcionan bien en vivo. De manera que, para mantenerse en contacto durante esta época, ha usado principalmente el correo electrónico.
“No me siento muy cómoda con las cosas tecnológicas”, le dijo Feld a CNN Business en una entrevista a través correo electrónico. “El correo electrónico definitivamente me ha ayudado a hacer un seguimiento de los hijos y los nietos. Pasar horas en el teléfono me agota, pero es fácil con el correo electrónico. Solo háganme saber que está bien y nos reuniremos lo antes posible. Un abrazo y beso virtuales”, añadió.
Las personas en todo el mundo han recurrido a la tecnología para mantenerse en contacto (o conectados) durante la pandemia: desde las transmisiones en vivo de bodas y la organización de encuentros virtuales con amigos en Zoom hasta reunirse con compañeros de trabajo en Webex.
Pero las generaciones mayores, que son menos conocedoras de la tecnología, corren el riesgo de perder el contacto con sus seres queridos en un momento en que el estrés y la soledad tienen el potencial de afectar a una población especialmente vulnerable, que a menudo viven solos o en instalaciones de vivienda asistida, las cuales han registrado casos de coronavirus. A su vez, las familias están encontrando maneras creativas de conectarse sus miembros mayores a través de métodos como marcos inteligentes de fotos, fiestas de baile en FaceTime y herramientas simples como el correo electrónico.
Sin embargo, las barreras de entrada –como registrarse para crear una cuenta o aprender a manejar una nueva tecnología– suelen ser difíciles para las generaciones mayores. Según un estudio del Centro de Investigaciones Pew, publicado en 2015, solo el 26% de los usuarios de internet mayores de 65 años dijeron sentirse “muy seguros” cuando usan computadores, teléfonos inteligentes u otros dispositivos electrónicos para hacer lo que necesitan en línea. Más que eso, no resulta un sustituto perfecto para las interacciones en persona a las que siempre han estado acostumbrados.
“Por supuesto, no es lo mismo que en persona”, indicó Meredith Doubleday, la nieta de Feld. “Definitivamente no puede reemplazar eso, pero sin duda ayuda. Estoy muy agradecida de que aún podamos enviarnos correos electrónicos. Ella siempre me recuerda que en la escuela secundaria fue una excelente mecanógrafa”, relató.
Abby Godard regularmente tiene fiestas de baile virtuales en FaceTime, la función de videollamadas de Apple, con su abuela Yvonne Simon Perotti, de 83 años, quien vive a unos 15 minutos de ella en los suburbios de Columbus, Ohio. Godard y su familia extendida también se reúnen semanalmente en Zoom, incluyendo a su abuela y su abuelo Charlie Perotti, de 78 años.
Los Perotti se consideran bastante expertos en tecnología para su edad y han descubierto cómo usar servicios como Zoom por su cuenta. “En nuestro vecindario tenemos un club de lectura. Entonces, hacemos una reunión virtual del club de lectura con Zoom, lo cual es genial”, dijo Charlie Perotti.
Otras familias están recurriendo a dispositivos como marcos inteligentes de fotos para comunicarse. Ann Fraser compró un marco de ViewClix en 2018 para su madre Lorraine Tangney, de 92 años, con el objetivo de mantenerse en contacto cuando Fraser y su esposo se mudaran a Florida. El dispositivo, que está diseñado para personas mayores y no requiere que aprendan nuevas tecnologías, permite que varios miembros de la familia compartan fotos, realicen videollamadas y publiquen notas adhesivas virtuales con mensajes a sus seres queridos.
En tiempos normales, los miembros de su familia cargan fotos de sí mismos y de sus viajes al marco inteligente. Pero durante la pandemia, sus familiares han dependido de la función de videollamada para mantenerse en contacto con Tangney, quien se encuentra en un centro de asistencia en Massachusetts. Su familia instaló el marco frente a su silla favorita. Cuando entra una videollamada, el dispositivo está configurado para conectarla automáticamente y que así Tangney no deba levantarse para responderla.
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“La llamé el otro día y la enfermera estaba en su habitación, así que pudo decirle ‘oh, mira, alguien te está llamando’. Tuvimos una conversación completa al respecto, estaba muy emocionada”, contó Leah Briscoe, su nieta. “Intentamos hacer lo de la tableta con ella, y no tuvimos éxito. Realmente ya no puede hablar por teléfono, así que necesitábamos ser un poco más creativos con la forma en que íbamos a mantenernos en contacto con ella”, añadió. Fraser llamó al marco una forma “invaluable” de comunicarse con ella. El dispositivo de 24,4 centímetros cuesta 199 dólares, mientras que la versión de 39 centímetros se vende por 299 dólares.
ViewClix indicó que ha registrado un aumento del 201% en las videollamadas de febrero a marzo. Durante un período de cinco días a mediados de marzo, la compañía señaló que vendió varios meses de su inventario en las dos opciones de marcos. Skylight (de 159 dólares), otro marco digital dirigido a personas mayores, aseguró que ha visto un crecimiento similar en el uso: la cantidad de mensajes de video enviados a los marcos se ha triplicado en comparación con el mes pasado, y las ventas a principios de abril son tres veces más altas que hace un mes.
Pero para otras personas mayores, los nuevos dispositivos son demasiado difíciles de entender. Alexandra DeLessio y su familia le compraron a su abuela Rosemary Adams, de 88 años, un altavoz inteligente Facebook Portal, cuyo precio comienza en 129 dólares, y le enseñaron cómo operarlo, incluso practicándolo con ella. Pero Adams nunca lo ha usado sola porque no puede recordar cómo se hace.
Adams ahora vive en un centro de asistencia y no se permite la entrada de visitantes debido a la pandemia. Así que, su familia ha ideado una forma segura y personal de interactuar: Adams sale a su balcón y DeLessio, sus padres y su hermana le gritan desde afuera.
Su abuela les responde… también a gritos.