Boletin del Día
Psicologa Laura Rodríguez Víquez

Cuanto más graves son las consecuencias del enojo

que las causas del mismo.

Marco Aurelio

 

 

Es natural o esperado que ante la pandemia de la COVID19, muchos de nosotros atravesemos periodos o momentos de crisis emocionales. EL día de hoy les comparto información relacionada con una de las seis principales emociones.  Daniel Goleman  en su libro la inteligencia emocional se refiere a las emociones como los impulsos para actuar; la energía que nos permite actuar y son fundamentales para adaptarnos a diversas situaciones de la vida.

 

Emoción y amígdala

 

La amígdala, es un conjunto de núcleos neuronales que está situada en el lóbulo temporal de nuestro cerebro, forma parte no solo de los humanos, sino también de todos los vertebrados. La función de la amígdala es procesar y almacenar las respuestas emocionales. La amígdala envía información hacia el hipotálamo y es responsable de activar el sistema nervioso autónomo.

El núcleo reticular se utiliza para aumentar el estado de alerta, la parálisis y los reflejos de huida, los cuales se transmiten al nervio trigémino y a los núcleos del nervio facial para expresar miedo y se transmiten al lado ventral hacia el área tegmental ventral, locus coeruleus y núcleo tegmental laterodorsal, responsables de activar los neurotransmisores de dopamina, noradrenalina y adrenalina, en otras palabras gracias a la amígdala somos capaces de sentir emociones, así como  también de percibir lo que están sintiendo otras personas.

 

La ira aparece cuando las cosas no salen como planeamos, ante situaciones injustas, cuando sentimos una amenaza por algo o alguien. Se vuelve adaptativa cuando impulsa a hacer algo para resolver un problema o cambiar una situación difícil, y puede ser desadaptativa cuando se expresa de manera inadecuada. De manera fisiológica cuando estamos iracundos se eleva la actividad neuronal y muscular, la sangre fluye hacia las manos, surge un incremento cardiovascular y de adrenalina, la cual genera un conjunto de energía lo suficientemente fuerte.

 

La ira es una respuesta emocional breve e intensa, es el componente emocional del complejo AHI(Agresividad – Hostilidad – Ira), la hostilidad hace referencia al componente cognitivo y la agresividad al conductual. La hostilidad a diferencia de la Ira tiene una duración mayor y su intensidad es menor, la hostilidad es una actitud derivada de la ira.

 

La focalización de la atención en los obstáculos externos que impiden el logro son los responsables de la frustración, la agresión no siempre es resultado de la ira, sin embargo funciona para actuar de manera inmediata para solucionar de forma activa una situación problemática, así como para evitar situaciones de confrontación.

 

 

¿Cómo encausar la ira?

 

El Dr. Norberto Levy, describe 4 fases del enojo (Descarga, Castigo, Describir y Propuesta Resolutiva), como mecanismo para que el enojo se vuelva resolutivo, el cual consiste en:

 

Descarga.  En esta fase la sobre carga energética del impulso genera acciones para descargar la presión. 

Castigo.  Cuando estamos enojados buscamos herir o castigar a las personas o causas que lo generan. En esta fase muchos de nosotros nos instalamos por largo tiempo. 

Describir. Nombrar lo que sucedió sin enjuiciar, descalificar y consiste en transmitir lo que se vivió, nuestros sentimientos, para avanzar a la siguiente fase. 

Propuesta Resolutiva.  En esta fase nos concentramos en obtener lo que deseamos o necesitamos que ocurra para así resolver.

 

En este esquema el intento de castigar al otro es el componente disfuncional, sin embargo la ira puede ser encausada sí nos conectamos y encausamos esa emoción. Podemos encontrar otras actividades que nos permitan divertirnos y relajarnos, con la finalidad de encausar el enojo hacia canales resolutivos. En muchas ocasiones nos centramos en el obstáculo y el deseo de alcanzar nuestro propósito, olvidando la conexión PropósitoMeta, por lo que se sugiere encausar el enojo, abrir canales que nos permitan dar una propuesta resolutiva.

A continuación te voy a compartir algunos recursos que te pueden ayudar a trabajar con el enojo.

 

Autocuidado

El no canalizar adecuadamente nuestras emociones puede llegar a afectar nuestro organismo; la insatisfacción, la ira o el rencor profundamente arraigados pueden afectar al hígado, al estómago, y a la vesícula biliar. Existen terapias alternativas como la aromaterapia y la acupuntura que pueden estimular los analgésicos naturales del cuerpo.

 

Ejercita tu mente así como tu cuerpo a través de lecturas que fomenten tu desarrollo personal y emocional. Activa tu cuerpo por medio de rutinas de ejercicio sencillas o que puedas hacer en casa, utilizando música que te motive.

 

Las terapias de tercera generación son recursos que nos permiten trabajar las crisis emocionales. Por ejemplo, la técnica de  relajación progresiva de Jacobson, la cual radica en aprender a tensar y relajar los diferentes grupos de músculos del cuerpo. Esta técnica se basa en el hecho de que una respuesta al estrés produce una serie de pensamientos y comportamientos que provocan tensión muscular.

 

Trabajar con nuestra salud emocional nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida, recuerda que debemos identificar la emoción, aceptarla, regularla y modificar las respuestas o reacciones. Te invito a realizar técnicas de respiración diafragmática.

 

Escribe tus sentimientos y emociones. Ocupa una libreta exclusivamente para ello y escribe las emociones que te provoca determinada situación o algún evento traumático actual o pasado.

Hacer un tiempo fuera, alejarnos de las situaciones estresantes, como noticias, personas que no te sumen, que te irriten o te incomoden.

 

 

Perdonar 

Sentir enojo es natural, pero sí permitimos que ese sentimiento habite en nuestro interior por largo tiempo, termina convirtiéndose en resentimiento. Sí en nuestra historia de vida, hemos pasado por situaciones complejas y mantenemos con nosotros viejas rabias, es tiempo de sanar; el perdón es un acto de voluntad que no hacemos por el otro, sino que hacemos por nosotros. Perdonar es liberarnos de los resentimientos.

 

El mantener rencor hacia una persona que nos ha lastimado nos roba salud y limita nuestra posibilidad de estar en paz con nosotros mismos; no nos permite avanzar, nos ancla al pasado. La sugerencia es dejar salir ese dolor, ese rencor; perdona para que recuperes la confianza en ti. El perdonar es un recurso que nos fortalece, se traduce en no permitir que el pasado nos marque ni determine nuestro presente y nuestro futuro.

 

Este tipo de ejercicios no sustituyen un proceso terapéutico, por lo que te recomiendo que en caso de sufrir una crisis emocional, no dudes en acercarte a un profesional de la salud.  Sí te gustó el contenido regálanos un like o comparte la información en tus redes sociales.

 

 

 

 

 

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