Sobre las medidas restrictivas en caso de rebrotes de COVID-19. “Las podemos ver representadas en el semáforo de riesgo COVID. A diferencia de la jornada nacional de sana distancia, cuando al inicio de la pandemia en México estábamos pasando de la fase 1 a la fase 2, hacerlo a nivel nacional tenía como objetivo limitar y mitigar la transmisión ante cualquier posibilidad de que el virus se dispersara a nivel comunitario. La ventaja del semáforo es que las medidas se pueden realizar de manera focalizada y no a nivel nacional. Tiene este objetivo. Si tomáramos el nivel de riesgo máximo y e bajo, Chihuahua y Campeche, no podríamos implementar una medida nacional, la misma magnitud, en un estado en donde el nivel de riesgo no lo requiere, esto no significa dejar de hacer las acciones preventivas.
Este es un componente de la nueva normalidad. Lavarnos las manos constantemente. Estornudar en el interior del codo, usar cubrebocas en espacios públicos, cerrados, en los que no podamos mantener la sana distancia. Son medidas que se deben poner en práctica. Lo mencionamos porque estas medidas sí aplican a las personas. Son parte de los hábitos que va a contribuir a reducir la transmisión. Las otras medidas no están diseñadas para las personas, van dirigidas a los espacios, los lugares y las áreas en donde pueden ocurrir congregaciones masivas o suficientemente grandes para que los contagios se produzcan.
Ese es el enfoque, que esta restricciones puedan incrementarse: claro, si pasan de verde a amarillo, las restricciones dirigidas a los espacios se tienen que incrementar y si estando de amarillo se pasa al naranja, tienen que incrementarse más”.