En las comunidades marginadas de la Zona Media de San Luis Potosí los pobladores cuando se enfrentan a una emergencia médica se debaten entre la vida y la muerte.
La mayoría de las comunidades alejadas y de difícil acceso, como La Loma, La Tapona, Milpitas, San Isidro de Vigas, Mesas de San Isidro y Alamitas en el municipio de Rioverde, se ubican a unos 10 kilómetros Sierra adentro, viajan en burros o caballos para llegar a lugares en donde piden a otros pobladores, los trasladen en vehículos a la ciudad, porque no hay transporte público y de ahí el recorrido hasta el hospital es de dos horas o más.
En las comunidades en pobreza extrema, los pobladores se exponen a picaduras de víboras, alacranes y otros animales ponzoñosos y llegar a recibir atención médica es imposible y muchas ocasiones mueren. Otra de las emergencias con desenlaces fatales son los partos fortuitos y las enfermedades crónicas de adultos mayores y niños.
Por la distancia y condiciones de caminos para llegar a esas comunidades, a través de brigadas médicas se capacitan a parteras tradicionales para dar los primeros auxilios y también a pobladores voluntarios de la comunidad los enseñan a inyectar, tomar la presión y la glucosa.
Los médicos brigadistas como Adriana Almazán, ofrecen las consultas debajo de un árbol, sobre una piedra o tienen que cruzar arroyos y subir hacia las comunidades en burro o a caballo.
“Hay gente que está tan alejada, que una enfermedad la confunden con algo que no es de este mundo. Hemos encontrado pacientes que las tienen encadenadas, porque alguien les hizo un mal y la paciente en realidad tenía esquizofrenia. Y ahora la paciente está insertada en la sociedad, es enfermera y si se hubiera quedado en ese lugar ya hubiera muerto”, narró a MILENIO la doctora Adriana Almazán García.
Dijo que incluso se han encontrado con casos de personas con rabia o postradas en cama con gusanos en las heridas porque los cuadros de infección están en avanzado estado de putrefacción y trasladarlas a un hospital les es imposible porque viven en zonas a donde solo se llega caminando entre brechas.
Otro problema de salud en las comunidades es el caso de mujeres embarazadas que por sus ideologías indígenas no tienen un control, “no permiten que un médico las revise porque el esposo no les da permiso”, explicó la doctora Almazán García y dijo que el momento del parto se convierte en una emergencia y muchas de ellas no llegan a un hospital, algunas mueren o pierden a su bebé.
Por falta de presupuesto de la Secretaría de Salud Pública estatal no se destinan recursos para enviar médicos a las comunidades y atienden en las zonas alejadas, a través de brigadas médicas.
Fuente. Milenio