Investigadores del Hospital Universitario de Bonn (UKB), la Universidad de Bonn y el Centro Alemán de Investigación de Infecciones (DZIF), han descubierto un nuevo lantibiótico, la epilancina A37, que supondría una nueva alternativa a los antibióticos producida propiamente por bacterias.
Muchas bacterias producen sustancias para obtener una ventaja sobre sus competidoras en su entorno natural altamente competitivo, que son los lantibióticos.
En concreto, la epilancina A37 es producida por los estafilococos que colonizan la piel y actúa específicamente contra sus principales competidores allí, las corinebacterias. Esta especificidad se debe presumiblemente a un mecanismo de acción muy particular, que los investigadores han podido descifrar en detalle. Sus resultados se publican ahora en la revista ‘ISME Journal’.
Debido a la creciente resistencia a los antibióticos de los agentes patógenos causantes de infecciones, es importante desarrollar nuevas sustancias antibacterianas. Las esperanzas están puestas en este nuevo grupo de sustancias producidas por bacterias grampositivas, los lantibióticos.
Se trata de péptidos antimicrobianos que suelen tener un espectro de actividad muy estrecho. “Tales compuestos son muy interesantes desde el punto de vista médico, ya que podrían atacar específicamente a grupos individuales de organismos sin afectar a toda la flora bacteriana, como ocurre, por ejemplo, con los antibióticos de amplio espectro”, afirma el autor correspondiente, el doctor Fabian Grein.
Ventaja competitiva esencial frente a las corinebacterias
“Hemos podido demostrar que las epilancinas están muy extendidas en los estafilococos, lo que subraya su importancia ecológica”, afirma el primer autor Jan-Samuel Puls, estudiante de doctorado de la Universidad de Bonn en el Instituto de Microbiología Farmacéutica de la UKB.
Esto se debe a que los estafilococos y las corinebacterias son géneros importantes de la microbiota humana –es decir, el conjunto de todos los microorganismos como bacterias y virus– en la nariz y la piel, que están estrechamente relacionados con la salud y la enfermedad. La necesidad de producir un compuesto de este tipo indica una marcada competencia entre las especies. Los investigadores lograron demostrar que la epilancina A37 recién descubierta actúa muy específicamente contra las corinebacterias, que figuran entre los principales competidores de los estafilococos dentro del microbioma cutáneo.
Descifrado un nuevo modo de acción en la “guerra bacteriana”
“Esta especificidad está presumiblemente mediada por un mecanismo de acción muy especial que hemos podido descifrar en detalle”, afirma Grein.
La epilancina A37 penetra en la célula corinebacteriana, inicialmente sin destruirla. Los péptidos antimicrobianos se acumulan en la célula y luego disuelven la membrana celular desde el interior, matando así a la corinebacteria.
Según los autores, el estudio muestra cómo puede utilizarse un mecanismo de acción específico para combatir específicamente una sola especie bacteriana. “Por tanto, nos sirve como ‘prueba de concepto’”, ha señalado.
Fuente: infosalus.com
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